Introducción
Un perro y lo que parece ser un zorro aúllan a
la luna, a una luna menguante que parece estar meditando pero no logran sacarla
de su estado, no los oye… ¿la avisan de la presencia del escorpión que parece
acercarse?
Una vez más nos aparecen las columnas de la
sabiduría del Rey Salomón, pero la luna protagonista ya está más lejos, ya ha
pasado ese nivel, no como los perros que ladran y el cangrejo que amenaza
(¿amenaza?)
La introspección de la luna es evidente, no es
una carta que los muestre alegría… pero está enmarcada en rayos y gotas
divinas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario