Una vez más un personaje protagoniza la lámina:
un hombre serio, posición erguida, rostro serio y mirada casi desafiante,
parece que quiere y puede imponer su voluntad y su orden. Trono, cetro y
corona: símbolos que reafirman lo anterior.
Aunque quizás a nivel simbólico no es de las
cartas más “ricas” en detalles, es bastante intuitiva y visual, se ve que este
hombre es seguro, no duda y tiene poder. Es lo opuesto al Loco, hasta en la
simbología numérica, su número 4 nos
habla de voluntad y firmeza.
Quizás el detalle que pueda pasar más
desapercibido es que, por sus piernas, se intuye, debajo de sus elegantes
ropas, una armadura: el emperador es rey y guerrero.
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